¿Qué implica divorciarse?
El divorcio es una decisión muy importante en la vida de una persona porque pone punto final a una etapa de matrimonio. No solo consiste en dejar que convivir o compartir la vida con otra persona, sino que también influye en una enorme multitud de aspectos. De todos esos aspectos, un gran número deberán ser consensuados entre ambos, o bien, a falta de acuerdo, discutidos en sede judicial. Es imprescindible contar con los servicios de un buen abogado de familia con el fin de obtener una gestión eficiente y satisfactoria.
En este artículo vamos a ver algunos de los aspectos que habremos de valorar y tratar si decidimos divorciarnos.
Hijos y vivienda familiar
Si tenemos hijos en común, esta es la cuestión más importante a tratar. Existen distintos regímenes bajo los que podemos solucionar la situación de los menores. En primer lugar, hemos de elegir entre la guarda de solo uno de los progenitores o bien la custodia compartida. En el primer caso uno de los dos progenitores cuidará en su domicilio a los menores, mientras que el otro progenitor deberá abonarle una pensión alimenticia a convenir y tendrá asignado un régimen de visitas. El caso de la custodia compartida permite mayor flexibilidad, pudiendo turnarse la guarda en periodos semanales o mensuales, por ejemplo.
Por otro lado, al no poder los excónyuges vivir juntos, uno de ellos debe abandonar la vivienda familiar. Normalmente, suele abandonar la vivienda el progenitor que no ostenta la guarda de los hijos. Tanto el aspecto de los hijos como de la vivienda familiar debe constar en un documento llamado Convenio Regulador en el cual se observan las medidas tomadas a raíz del divorcio. Es importante contar con un abogado de familia que nos asesore para obtener un convenio regulador ventajoso tanto para los excónyuges como para los hijos.
Régimen económico
Dependiendo del régimen matrimonial que tuviera el matrimonio el proceso de liquidación será distinto. En el caso de que se hubiera optado por separación de bienes, cada cónyuge recibirá lo que es suyo privativo y, además, la mitad de cada bien en común. Por otro lado, el asunto se complica si el régimen fuera el de gananciales, puesto que en este caso la mayoría de los bienes son comunes y es preciso hacer una cuantificación y valoración de los bienes para luego repartirlos al 50%. Es muy importante contar con un buen abogado de familia en este último caso, para que haga una valoración y partición acertada.
¿Mutuo acuerdo o contencioso?
Dependiendo de la relación de los excónyuges el divorcio puede ser de mutuo acuerdo, o bien, contencioso. En el caso de que el divorcio sea de mutuo acuerdo, ambas partes pueden decidir libremente el régimen de los hijos, la vivienda y el reparto de los bienes, puesto que no existiría conflicto entre ambos. Si fuera de mutuo acuerdo, podría ser suficiente la labor de un único abogado de familia asesorando a ambas partes, lo que reduciría los gastos del divorcio.
Por otro lado, si no hay acuerdo entre los excónyuges, y tampoco se llega a ningún acuerdo entre las negociaciones de sendos abogados, el divorcio será contencioso y será un juez quien decida el resultado. En este último caso, es imprescindible contar con un experto abogado de familia para poder hacer valer ante el juez nuestros derechos y obtener el mejor resultado.